Tal día como hoy hace 70 años, el 23 de abril de 1950, el Deportivo alcanzaba el subcampeonato de Primera División, el mayor hito de sus primeros 85 años de existencia, a la conclusión de una última jornada liguera en la que llegó a ser campeón durante unos minutos.
El año del gran desembarco sudamericano supuso toda una revolución para un equipo que dos años antes estaba en Segunda y el anterior había finalizado en la décima posición. Si el curso anterior habían aterrizado los argentinos Ponce y Rafael Franco, era el turno de un entrenador de ese mismo país de revolucionarios métodos, Alejandro Scopelli. Además, desde Uruguay llegaron el interior Moll (Misiones) y el delantero Lujambio (Peñarol). La directiva repatrió a otros dos jugadores de la tierra, el defensa Waldo Botana (Alcoyano) y el extremo Tino (Racing de Ferrol). En el capítulo de bajas hay que destacar el adiós de Chao, que se fue al Málaga después de 10 temporadas, 232 partidos oficiales y 75 goles como blanquiazul.
Pese a comenzar perdiendo en Tarragona (3-2), el Deportivo se instaló pronto en los puestos de honor. El motivo, 4 triunfos y 2 empates en las siguientes 6 jornadas. A partir de entonces, los deportivistas se movieron siempre en las primeras posiciones, aunque nunca llegaron a alcanzar el liderato.
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La historia dio un giro inesperado en la 17ª jornada, a la que los blanquiazules llegaban en la segunda plaza. En Valladolid, el Deportivo empató (1-1) pero sobre todo perdió a uno de sus baluartes, el guardameta Juan Acuña. 'Xanetas' lesionó fortuitamente al delantero local Rafa y pese a ello fue sancionado con 4 partidos de suspensión.
El equipo se levantó del contratiempo, ganando en Oviedo (0-2) y al Valencia (5-1), pero se complicó sus posibilidades de ser campeón en el Metropolitano, ante un irresistible Atlético de Madrid (6-1). A 3 puntos de la primera plaza y con 4 equipos delante, la misión parecía imposible. Pero tres victorias consecutivas, ante Málaga (1-0), Celta (2-3) y Espanyol (2-1) dejaron a los blanquiazules, con 31 puntos, en disposición de luchar por el título en la última jornada, con el Atlético (32) y el Valencia (30), que se enfrentaban en Madrid.
El Dépor fue campeón durante 4 minutos, los que mediaron entre el gol que adelantó a los 'chés', obra de Igoa (min. 5), y el empate 'colchonero', logrado por Ben Barek (min. 9), pues el Deportivo ya ganaba en Bilbao con un tempranero tanto de Rafael Franco (min. 2). Al final de los 90 minutos, el 4-4 en el Metropolitano y el 2-2 en San Mamés concedieron el título al Atlético y el subcampeonato al Deportivo.
El Deportivo saltó a las 17:00 horas de aquel 23 de abril al terreno de juego de San Mamés con Acuña; Waldo Botana, Ponte, Pedrito; Juanete, Guimeráns; Franco, Moll, Ponce, Dieste y Tino. El conjunto blanquiazul sumó finalmente 32 puntos, producto de 12 victorias, 8 empates y 6 derrotas, con 48 goles a favor y 38 en contra, cifra esta última que le valió a Juan Acuña el tercero de sus cuatro Trofeos Zamora. El desempeño en Riazor fue uno de los mejores de la historia deportivista, con 9 victorias y 4 empates en 13 partidos, 30 tantos marcados y solo 11 encajados.
Defendieron la camiseta blanquiazul durante aquella campaña liguera los siguientes jugadores:
Porteros: Acuña (22 partidos-29 goles encajados) y Pita (5-9)
Defensas: Cheché Martín (24-2), Ponte (24), Pedrito (23) y García (2)
Centrocampistas: Waldo Botana (26), Guimeráns (25-1), Juanete (12) y Carlitos Calvo (8)
Delanteros: Moll (26-7), Rafael Franco (25-14), Tino (23-5), Marquínez (19-11), Dieste (14-1), Ponce (7-5) y Lujambio (2)
Waldo Botana y Moll disputaron los 26 partidos al completo. Aquella solo había sido la séptima temporada en Primera División en el currículum del Deportivo, que había militado 12 en la Segunda División. También fue la segunda de nueve consecutivas en la máxima categoría, la segunda racha más larga después las dos décadas comprendidas entre 1991 y 2011.
