En esta ocasión, los homenajeados fueron: María del Carmen Sabugueiro Gestal, Manuel Lamas Sanguiñedo, Francisco Precedo Méndez, Fernando Rodríguez-Moret Amor, Ricardo Ángel García de Santiago, José María Suárez Mantiñán (recogió su hija Natividad), Antonio Ferrero Peña y José Vega González.
La emoción y el sentimiento de gratitud fueron unánimes en todos los galardonados. "Eres o mellor, por moito que chova", le espetó precisamente uno de los homenajeados a Augusto César Lendoiro justo cuándo el Presidente deportivista le colocaba la insignia de oro en la solapa.
Además de la insignia, estos ocho nuevos socios de oro recibieron un diploma acreditativo y, anteriormente, el carnet de oro que les permite asistir de forma gratuita de por vida a todos los partidos del Deportivo en Riazor.
En su discurso, Augusto César Lendoiro recordó la temporada en la que se dieron de alta en el Club, la campaña 1959-60. En esa campaña el Dépor fue cuarto en Segunda División y en Copa cayó eliminado por el Athletic Club. El Presidente era Jesús Cebrián y el entrenador, Jesús Barrio. Esa campaña, Polo fue traspasado al Atlético de Madrid por 600.000 pesetas y Reija, al Zaragoza por 475.000 pesetas.
En la plantilla blanquiazul sobresalían sin dudarlo Amancio y Veloso; además de Jaime Blanco o Emery, entre otros. El número de socios era por aquella época 5.391, por lo que el Club recaudaba 676.000 pesetas. El 25 de octubre, con motivo del Dépor-Celta, la recaudación fue de 877.170 pesetas. El 21 de junio, en la decimoprimera edición del Trofeo Teresa Herrera, el Santos venció al Botafogo (4-1). El Deportivo colaboró con la compra de un palco, con la cantidad de 1.500 pesetas.
Augusto César Lendoiro recordó que la máxima distinción del Club, la insignia de oro, está destinada precisamente a los socios "para premiar la fidelidad a unos colores y para agradecer el haber disfrutado pero también sufrido mucho los avatares del equipo".
El acto finalizó con una cena de gala en honor de los homenajeados.
