Ximo Navarro y Mario Soriano se pasaron por la zona mixta de ABANCA-RIAZOR tras el enfrentamiento ante el Real Zaragoza.
El lateral derecho blanquiazul confesó que "estamos dolidos, fastidiados" y que "estuvimos bien hasta el gol. Tuvimos 20 minutos buenos pero el resto fue bastante malo, muy metidos atrás, sin tener el balón, mucho balón largo. Eso les hacía ganar todos los balones, todas las segundas jugadas".
Ximo Navarro tiene la sensación de que "fuera de ABANCA-RIAZOR tenemos mejores momentos que aquí. Quizás hay equipos que se juntan un poco atrás y sin esos espacios nos cuesta un poco. Para tener la posesión y dar muchos pases consecutivos necesitamos que el rival nos dé esos espacios; y cuando no los tenemos nos cuesta un poco. Si no somos capaces de sacar el balón jugado cuando jugamos en largo no solemos ser ganadores porque no es nuestro fuerte".
Finalmente el futbolista blanquiazul recuerda que "todos los partidos hay veintipico mil personas. Es de agradecer el apoyo, el ánimo que nos dan. Lo que nos falta es darles más victorias aquí en ABANCA-RIAZOR. Confío en que venga esa racha buena de sacar las victorias aquí".
Por su parte, Mario Soriano se lamentó porque "teníamos ya los 3 puntos en ABANCA-RIAZOR, 2 victorias seguidas, nos poníamos muy bien en la clasificación para optar a más. Al final nos meten ese gol pero lo importante es puntuar".
Opina que "tuvimos al principio muy buenos minutos. Hemos controlado el partido, hemos metido gol. Luego ellos se echaron para adelante y nos han hundido un poco. La segunda parte fue más de transiciones. Han tenido ocasiones ellos, nosotros hemos tenido 2, 3 transiciones que pudimos haber marcado. El Dépor en ABANCA-RIAZOR y fuera es el mismo. Lo hemos intentado. Los 3 puntos estaban ya en casa; y al final en esa jugada que centran atrás, le cae el rebote y nos empatan".
El goleador blanquiazul en el partido, que "no sabía nada sobre la amarilla", asegura que el motivo de la celebración fue por sus amigos y "la máscara me la dio un niño pequeño el año pasado".
El centrocampista blanquiazul tuvo que mostrarse cauto en el terreno de juego tras la amonestación ya que "con una amarilla tienes que ir con el freno de mano echado".
