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16 jun 2005

Carta de agradecimiento de Cristino Álvarez al Deportivo por su apoyo al Teresa Herrera

Cristino Álvarez Jr., hijo del fundador del Trofeo Teresa Herrera de fútbol, agradece en una carta publicada en el diario Depor Sport el esfuerzo que el Deportivo realiza, sin subvenciones ni ayudas de ningún tipo, por la supervivencia del torneo decano d

El Teresa Herrera de hoy tiene poco que ver con el que ideó mi padre, Cristino Álvarez Hernández, con el apoyo de otros dos grandes coruñeses como Francisco Jiménez de Llano y Enrique Mariñas Romero. Para empezar, su finalidad era benéfica. Se jugaba un sólo partido, y el trofeo no se disputaba en agosto, con los equipos a medio rodaje, sino en junio, al final de la temporada; entonces, los equipos jugaban menos partidos, no había competiciones continentales, en Primera División había dieciséis equipos, es decir, treinta jornadas, la Copa se ventilaba en, como mucho, siete partidos...
El Deportivo trataba de consolidarse en Primera tras su reciente ascenso. Y, muy importante, no había televisión. Quiero decir que para ver a Pelé había que traer al Santos a La Coruña. El Madrid, el Barcelona, el entonces poderoso Athletic de Bilbao jugaban en Riazor un partido al año; como mucho, si tocaban en la Copa, dos... y eso si el Deportivo estaba en Primera, que no era siempre. Era lógico que el público respondiese... y no siempre lo hacía con el mismo entusiasmo. Pero la prueba de que el Teresa Herrera fue una buenísima idea fue que, a partir de él, proliferaron por toda España lo que acabamos llamando 'torneos veraniegos'. Con éxito, en la mayor parte de los casos.
En casi doce lustros, las cosas han cambiado. Mucho. El trofeo se disputa en agosto; no hay otras fechas, claro está, por lo cargado de la temporada. Un torneo de verano, aunque tenga el prestigio y la solera del nuestro, les sirve de rodaje, para ver a los nuevos -y no siempre, el Barça no alineó en Riazor al recién fichado Maradona alegando, creo recordar, una amigdalitis-, para probar nuevas combinaciones... Para entrenarse, vamos. Ningún equipo, salvo naturalmente el propio Deportivo, va a emplearse a fondo para llevarse a casa la monumental Torre de Hércules.
Y, encima, el Deportivo nos ha acostumbrado muy mal. O sea, muy bien. Por Riazor pasa lo mejorcito del fútbol europeo... y no para hacer un 'bolo', sino en competición, en la más exigente competición del mundo, que es la Liga de Campeones. Manchester United, Arsenal, Bayern de Munich, Milan, Juventus... son huéspedes, algunos contumaces, habituales en Riazor. Aunque no lo fueran, los estamos viendo jugar, por televisión, un miércoles sí y un martes también. Lógicamente, su presencia en el Teresa Herrera no desencadena la expectación que podía haber creado hace cincuenta, cuarenta años. Y se nota en las gradas... y en la recaudación. Los aficionados van a Riazor, no nos engañemos, porque es el primer partido serio de su equipo, del Deportivo. También el Real Madrid mueve a bastantes aficionados. Los demás... mucho me temo que ni siquiera el Barça tiene ese tirón. Las novedades serían los grandes equipos americanos, y no siempre es factible traerlos. El 'cachet' de los grandes es justamente eso: grande, elevado. Y sabemos que no se van a cubrir gastos, ni siquiera con el ahorro que supone que el Deportivo juegue sin cobrar.
Pero es el mismo Deportivo, que ya a mediados de los 50 salvó in extremis una edición del Teresa Herrera en la que se había caído a última hora el Stade de Reims -y que quede constancia que el Deportivo se adjudicó entonces su primer Teresa Herrera- quien mantiene la llama encendida. No sé; para mí, por obvias razones de familia, el Teresa Herrera es como mi casa. Pero no le veo futuro, al menos en su formato actual; lo malo es que no se me ocurre cómo revitalizar un torneo que, no lo duden, tiene por ahí delante un solidísimo prestigio: recuerdo que Djalminha, en una entrevista, me confesó que al llegar a España le había sorprendido el escaso aprecio, la poca importancia que se daba al Teresa Herrera. "En Brasil, me dijo, tener en las vitrinas el Teresa Herrera es un orgullo, está en el palmarés del club".
Aquí, como mucho figuraba, y ya no sé si lo sigue haciendo, en el resumen del palmarés de cada equipo que ofrecía el 'Dinámico'.
Es lo que hay, y me temo que va a ser muy difícil cambiarlo. Pero el Deportivo, me lo ha dicho varias veces su presidente Augusto César Lendoiro, no va a ser el que cierre el brillante libro del Teresa Herrera. Y yo, como aficionado al fútbol, como coruñés y como hijo del fundador del Trofeo, tengo que dejar patente mi enorme agradecimiento a nuestro gran Club. Hacerse cargo de un acontecimiento que no genera más que déficit para que el Teresa Herrera siga ahí... no es más que una prueba, una más, de que el Real Club Deportivo es, por encima de todas las cosas y aunque aún haya quien no lo quiera ver así, la propia esencia de La Coruña.