RCDeportivo RCDeportivo RCDeportivo
Skip to main content
ES

Trofeo Teresa Herrera

Image

Teresa Margarita Herrera y Pedrosa nació en A Coruña el 10 de noviembre de 1712. La conocida entonces como "Teresa dos demos", por ser considerada una especie de "meiga", tuvo una vida muy difícil. Al quedarse su madre viuda y con diez hijos -siete de los cuales morirían jóvenes- abandonó su hogar a una edad muy temprana, entregándose el resto de su vida a luchar en pro de los desfavorecidos. En el año 1789, Teresa Herrera donó sus bienes a la congregación de la Virgen de los Dolores para que llevase a cabo su viejo objetivo de fundar un hospital de caridad en la ciudad, del cual se pondría dos años más tarde la primera piedra.

Y fue bajo la sombra de tan loable cometido que en 1946, al amparo de la Junta Local de Beneficencia, surgió un evento balompédico que procuraba canalizar la solidaridad social en una época de penuria. Fue aquella idea, la de proporcionar alivio económico a los más desfavorecidos a través de un gran torneo de fútbol, genial para su época y todo un precedente en la maximización económica de este deporte. El espíritu filantrópico del recién nacido torneo no podía tener mejor cabecera que el nombre de la histórica benefactora coruñesa. El primer partido se celebró el 31 de julio y registró el resultado final de Sevilla 3 - Athletic 2.

Pero el binomio Teresa Herrera/Coruña, adquiere pleno sentido con el trío que completa el RC Deportivo. Aunque en un primer momento el reglamento del torneo prohibía la participación del Club coruñés, pretendiendo con ello salvaguardar la originalidad del cartel, paradójicamente con el paso del tiempo aconteció lo contrario, hasta el punto de que los blanquiazules se han constituido en el principal reclamo de esta insigne competición. El Deportivo se convirtió en el equipo con más participaciones en el Teresa Herrera en su XLV edición, y hubo que tardar tanto tiempo porque los frecuentes devaneos con la Segunda División lo habían apartado de numerosas ediciones. En la ciudad siempre hubo, y muy fundamentalmente a finales de la década de los 80, un importante conflicto entre quienes pensaban que debía primar una alta calidad en todos los participantes en el torneo, y aquellos que juzgaban imprescindible la participación del Deportivo. Un debate que, a la postre, trasluce el alto nivel que tradicionalmente se le exige a esta competición.

Pero lo cierto es que la organización del Teresa Herrera siempre tuvo a su disposición al Deportivo incluso en los momentos más críticos, como había acontecido en septiembre de 1962, cuando el torneo aún no estaba cerrado y hubo que recurrir urgentemente al Club blanquiazul para enfrentarse contra el Benfica lisboeta a fin de no suspender la celebración. Curiosamente, de aquella edición improvisada surgiría uno de los más legendarios partidos del Trofeo, aquél en el que en un 9 de septiembre, Montalvo, Veloso, Ruíz y Jaime Blanco le endosaron un rotundo 4-2 al mítico Benfica de Eusebio, el flamante Campeón de Europa solo cuatro meses antes.

Han sido 70 equipos diferentes los que han participado en el Teresa Herrera, constituyéndose por ello en un genuino hito internacional del fútbol veraniego al que los equipos acuden orgullosos de tan sólo participar. España, Brasil, Francia, Reino Unido, Holanda, Portugal, Alemania, Hungría, Italia, República Checa, Uruguay, Rumanía, Rusia, Ucrania, Serbia, Argentina, Austria, Bélgica, Suecia, Suiza y México, son los países que conforman el historial de ese cuadro impresionista del fútbol mundial que es el Teresa Herrera.

El Teresa Herrera es depositario de las más ancestrales tradiciones culturales de Galicia. La historia hizo cristalizar en él un binomio mágico: la joyería coruñesa y la platería compostelana. Ninguno de los trofeos oficiales que culminan las más longevas competiciones puede presumir de tantas y tan originales características. De hecho, en los tiempos del más puro materialismo la elaboración de semejante trofeo de forma anual y para una competición amistosa puede semejar un capricho. Pero en este caso no lo es, porque el Teresa Herrera no sólo forma parte de la historia de la ciudad, sino que es viva esencia de la misma y en ello estriba la clave de su perdurabilidad.

Nada más paradigmático que el trofeo del cincuentenario, sin duda una obra cumbre jamás superada. En ella se emplearon más de 2.400 horas de trabajo; 7,4 kilos de oro y 32,7 de plata que dieron forma a un espectacular híbrido de las dos tradiciones del Teresa Herrera, la de las copas, la más valiosa, que fue mantenida hasta la XXIV edición, y la de las torres a partir de esta última. Se dice que en una hipotética puja el citado trofeo podría rondar el millón de euros.

En cualquier caso no es más que una forma de hablar, porque el valor del Teresa Herrera, en puridad, es incalculable. Como patrimonio de la cultura universal se justifica por sí mismo y merecería un lugar de honor entre lo más selecto del Louvre, Ermitage o British. El Teresa Herrera es un orgullo para Galicia, un lujo para A Coruña y, transcurridas setenta y seis ediciones se ha convertido en mucho más que una obra de arte.

PALMARÉS MASCULINO

PALMARÉS FEMENINO