
El Dépor gana al colista Sevilla en medio de un monumental escándalo (1-3)
El Correo Gallego publica:El Deportivo ganó, por fin, lejos de Riazor, y lo hizo ante el último clasificado de Primera División, el Sevilla, que terminó el partido abroncando la actuación del colegiado asturiano Mejuto González, que anuló sendos tantos de
Sevilla: Olsen, Héctor, Marchena, Hibic, Nando (Jesuli, min. 46), Quevedo, Ángel, Juric, Juan Carlos (Otero, min. 65), Zalayeta y Tsartas.
Deportivo: Songo'o, Manuel Pablo, Donato, Naybet, Schurrer, Mauro Silba, Flavio (Jaime, min. 67), Víctor, Jokanovic, Turu Flores (Djalminha, min. 87) y Makaay (Scaloni, min. 88).
Goles: 0-1, min. 11: Jokanovic. 0-2, min.13: Jokanovic. 1-2, min.18: Juan Carlos. 1-3, min.85: Makaay.
Árbitro: Mejuto González (Colegio asturiano). Mostró cartulinas amarillas a Nando, Marchena, Juan Carlos; Naybet, Mauro Silva, Flavio, Jokanovic.
Campo: Sánchez Pizjuán con una entrada aproximada de 40.000 espectadores.
El partido se presentaba con resultado incierto. A pesar de que se enfrentaban el primero y el último, lo que a priori debería significar una clara superioridad para el Deportivo. Pero las circunstancias especiales de las últimas jornadas no auguraban un pronóstico tan claro, como se confirmó en el transcurso del partido, a pesar de que, al final, ganó el mejor.
Tanto Sevilla como Deportivo llegaban al encuentro con la mosca detrás de la oreja debido a las criticables actuaciones arbitrales de las últimas jornadas. Sevillanos y deportivistas son de los equipos más perjudicados por las decisiones de los colegiados a lo largo de la temporada, por lo que ayer la actuación del colegiado Mejuto González se sabía que iba a medirse con lupa. Al final, los únicos que tenían pretexto para quejarse fueron los locales y se armó en el Sánchez Pizjuán.
Pero pasaron muchas cosas antes de que esto aconteciera, empezando por el buen juego del Deportivo, algo casi ya olvidado desde hacía muchas jornadas. Sin duda, la efectividad de Jokanovic ante la portería contraria, con sendos cabezazos a la red en el primer cuarto de hora, sirvieron para asentar los ánimos de los jugadores de Javier Irureta, que ya ni se acordaban de la última vez que habían comenzado marcando jugando como visitantes.
Sin embargo, el Sevilla también acertó con la portería contraria muy poco después del segundo gol del balcánico, por lo que el partido quedó definitivamente lanzado y abierto, con más de setenta minutos por delante para decidir el resultado final. La afición sevillana, sensibilizada con su equipo, supo poner la guinda desde la grada y se pudo vivir un encuentro incierto y muy emocionante.
El mal estado del terreno de juego tras las tormentas de las últimas horas caídas en todo el país, propició que se cometieran numerosas imprecisiones en los pases, lo que aumentó aún más el estado nervioso de todos los protagonistas, que hubo momentos que no sabían bien si irse hacia delante o guardar su portería. El fútbol era malo, pero muy entretenido.
El Sevilla, que había salido asustado ante la importancia de los puntos, fue recomponiéndose con el paso de los minutos y, tras el tanto de Juan Carlos, se hizo con el balón, presionando y amenazando la solvente defensa blanquiazul, en la que Schurrer ocupaba circunstancialmente el lateral izquierdo ante la ausencia de Romero. El argentino cumplió en su tarea de frenar a Juan Carlos a pesar de que el cordobés anotó el único gol sevillista.
El Deportivo decidió entonces que lo mejor era cerrar filas y confiar en el contragolpe letal que sus futbolistas llevan dentro para sentenciar el partido. Turu Flores apenas abandonaba la banda izquierda, desde donde siempre sabía buscar el para servir a Makaay. El holandés mantuvo un bonito duelo con Marchena, que en la primera parte tuvo que jugársela cuando Rolin se disponía a disparar a puerta.
La polémica llegó al borde del descanso. Antes no se habían producido jugadas especialmente dificultosas para el árbitro, pero tras un rechace de Songo'o, Héctor llevó el balón a la red. En medio del delirio local, el colegiado Mejuto González decidió anular el tanto por falta al portero, lo que encendió la chispa en el Sánchez Pizjuán, fresco en la memoria el tanto anulado siete días atrás en Bilbao.
El segundo tiempo fue una prolongación de lo que se había visto en el primero. Dominio sevillista, con frecuentes llegadas al área de Songo'o, pero escasa efectividad. Zalayeta se confirmó como un ariete complicado de marcar y suya fue la mejor ocasión sevillana del segundo tiempo, que tuvo que salvar con apuros Manuel Pablo bajo los palos. Makaay solo en punta, continuaba amenazando la portería rival. Casi al final, un nuevo gol anulado por fuera de juego desató las iras de los aficionados.
En la siguiente acción, Makaay marcaba el gol de la sentencia y a partir de aquí sólo se puede hablar de incidentes. Los que se produjeron a la retirada de los protagonistas, con lluvia de todo tipo de objetos y los que continuaron con carga policial y amenaza de invasión de los vestuarios por los airados aficionados sevillanos. El Depor ejerció de líder y mantiene su ventaja sobre sus perseguidores, refrendando su recuperación con la llegada de la primavera.


