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El Dépor pone la Liga al rojo vivo tras empatar en Riazor ante el Zaragoza (2-2)

El Correo Gallego publica:El Deportivo empató con el Zaragoza a dos goles (0-0, al descanso) en partido jugado en Riazor ante 35.500 aficionados. Se guardó un minuto de silencio por Jesús Corzo, ex-presidente del club, Manuel Alfeirán, ex directivo, y Jos

Con la tranquilidad a cuestas

Los resultados del sábado, favorables al Deportivo (aunque también al Zaragoza), propiciaron que ayer, en las horas previas al partido, se denotara una mayor tranquilidad en la afición herculina que a lo largo de la última semana en la que se tuvo que digerir la derrota del derbi en Balaídos.

Además, en las calles de la ciudad, hubo animación todo el día. El popular músico deportivista Gandhi, autor del himno rock del club, se subió a un viejo camión con su grupo, y estuvo dando varias vueltas por los diversos barrios de la ciudad excitando el sentir blanquiazul con sus canciones.

Pero hacia falta que los sentimientos, ilusiones y esperanzas del deportivismo, se tradujeran en un triunfo. De ello tendrían que encargarse sobre el césped los jugadores, que notaron el apoyo de los aficionados no sólo en las gradas, sino desde que se bajaron del autocar en la puerta de Riazor.

No obstante, todo el mundo sabía que el Zaragoza no venía a este encuentro de paseo precisamente, porque en el camino de su ajetreado viaje a A Coruña se encontró con la posibilidad de luchar por el título de la Liga, tras los fiascos del Barcelona y del Real Madrid.

Un partido a cara de perro

El inicio del partido fue eléctrico. El Deportivo buscó desde el primer instante con ansiedad la portería contraria. Un directo lanzado por Flavio Conceiçao y tres córners sacados en los dos primeros minutos eran el síntoma de que los blanquiazules, espoleados por su afición, tenían ganas de resolver por la vía rápida, pero los aragoneses respondían con serenidad para contener el juego herculino.

Con un dominio total del balón, tocándolo con buen criterio, los deportivistas buscaban desbordar por las bandas, en especial por la derecha, por donde llegó la primera ocasión para abrir el resultado, en un centro de Makaay al que Víctor, en el área pequeña, llegó algo forzado y envía por encima del larguero. Pero los maños despertaron y retornó el equilibrio.

La dura lucha en la zona ancha cambió el partido, ya que ambos conjuntos no encontraban salida al balón, por lo que la solución fue el envío en largo, lo que prodigaron más los visitantes, porque los blanquiazules no deseaban renunciar a su fútbol de triangulación, con el que descolocar a los contrarios y llegar con más claridad.

Pero una acción pudo influir en el partido. Fue una falta de Aragón sobre Fran (minuto 34) en la que el forastero debió ver su segunda tarjeta amarilla. Después, según transcurrían los minutos hasta el descanso, el Deportivo se mostraba más espeso en sus mientras que el conjunto adversario tampoco lucía, y daba la impresión que el descanso era lo mejor que podía suceder para que se aclararan bien las ideas.

Una intensa segunda parte

La reanudación del encuentro fue trepidante. El Zaragoza, agazapado en la primera mitad, sacó petroleo en un trallazo de Garitano que Kouba repelió como pudo ese tiro, pero tuvo la desgracia de que el balón llegara a Juanele desmarcado y éste anotó sin apenas oposición. Antes avisara Milosevic, aunque el ágil guardameta deportivista enviara a córner el esférico.

El gol adverso fue un revulsivo para el Deportivo y para su afición que animó como nunca, y en poco más de cinco minutos retornó la igualdad al tanteador merced a un centro en largo y muy preciso de Fran que Makaay cabeceó cruzado a la red, después de que en la acción anterior Juanmi sacara con la manopla de la escuadra un directo bien lanzado por Djalminha.

Desde ese momento los jugadores deportivistas se volcaron en busca de la victoria, presionaron a los rivales en todas las zonas del campo, los superaron por las bandas entrando hasta el fondo, y dispararan desde cualquier posición.

El Zaragoza estaba acorralado, y después de varios intentos, Djalminha enganchó un punterazo, que Juanmi tragó a 12 minutos del final, pero cometió el error de celebrar su golazo quitándose la camiseta lo que le costó su segunda tarjeta, por lo que fue expulsado.

Ello lo pagó caro el cuadro coruñés, que vió como poco después Yordi empataba de cabeza en un centro de Cuartero. Los últimos instantes fueron de gran tensión con un Zaragoza en superioridad buscando por alto a Milosevic y Yordi, y un Dépor que con corazón intentaba lograr el triunfo que le diera acceso al último peldaño del título. Pero, habrá que esperar.