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El mejor trofeo del mundo

El Teresa Herrera es depositario de las más ancestrales tradiciones culturales de Galicia. Se realiza en la Rúa do Vilar de Santiago de Compostela, y ello no es por casualidad. Desde la protohistoria los orfebres gallegos han demostrado su maestría en el

La Historia hizo cristalizar todo ello en un binomio mágico: la joyería coruñesa y la platería compostelana, y como aglutinante de ambas tradiciones la Joyería Malde es un punto de referencia. A ella le compete el grandísimo honor de confeccionar el que se reputa como mejor trofeo de la Historia del Fútbol, y posiblemente el más antiguo.

Todo comenzó a modo de desafío municipal, sondeando las potencialidades de los maestros, sugiriendo mejoras audaces, provocando la superación del platero... y, de esta guisa, casi sin proponérselo, la elaboración del Teresa Herrera se ejecutó a ritmo prusiano, de forma trabajosa, constante y férreamente artesana. Así, en un tiempo récord se dio forma al mejor trofeo del mundo del fútbol, no sólo por la variedad y espectacularidad de sus diseños, si no también por el valor de sus materiales y su elaboración enteramente manual.

Ninguno de los trofeos oficiales que culminan las más longevas competiciones puede presumir de tantas y tan originales características. De hecho, en los tiempos del más puro materialismo la elaboración de semejante trofeo de forma anual y para una competición amistosa puede semejar un capricho. Pero en el caso de La Coruña no lo es, porque el Teresa Herrera no sólo forma parte de la Historia de la ciudad, si no que es viva esencia de la misma y en ello estriba la clave de su perdurabilidad.

Y no lo es sólo por sus 56 ediciones, o por haberse empleado más de 900 kilos de plata y 20 de oro, ni tampoco por haberse superado las 55.000 horas de dedicación. Tampoco lo es exclusivamente por el trabajo íntimo y minucioso de los plateros compostelanos con sus millones de “toc-tocs” del martillo al cincel y del cincel a la lámina de plata dando forma al mítico faro. El Teresa Herrera es esencia misma de la ciudad porque, acorde con lo que representa La Coruña en el mundo, es una aportación genuinamente gallega a la Historia del Arte Universal.

Nada más paradigmático que el trofeo del cincuentenario, sin duda una obra cumbre. En ella se emplearon más de 2.400 horas de trabajo; 7,4 kilos de oro y 32,7 de plata que dieron forma a un espectacular híbrido de las dos tradiciones del Teresa Herrera, la de las copas, la más valiosa, que fue mantenida hasta la 24 edición, y la de las torres a partir de esta última.

El valor del Teresa Herrera es incalculable. Como patrimonio de la cultura universal se justifica por sí mismo y merecería un lugar de honor entre lo más selecto del Louvre, Ermitage o British. El Teresa Herrera es un orgullo para Galicia, un lujo para La Coruña y, transcurridas 55 ediciones se ha convertido en mucho más que un trofeo: es una auténtica obra de arte.