Para todos menos para el Barça, en realidad. Cuesta saber si no hay otra causa que la probada incapacidad de Sánchez Arminio (¿por qué sigue ahí?) para llevar esa tarea adelante o si además de eso hay gato encerrado. No se explica que lleguen a Primera e incluso se perpetúen en esta categoría árbitros tan rotundamente malos como Japón Sevilla, Llonch Andreu o Pérez Lasa. No se explica que Rafa Guerrero siga acudiendo a los campos con su banderín, a armar el lío. No se explica que a Prados no se le haya expulsado automáticamente del cuerpo arbitral después de la barbaridad que hizo. Hiere que la arrogante actitud de Pérez Lasa después de quitarle al Depor el gol de Songo?o fuera admitida y aun jaleada por su presidente.
El Depor sigue delante, pero corre sobre suelo fijo, mientras el Barça trota sobre una cinta transportadora. Con el puntito de Songo?o, con el penalti de Bogarde a Djalminha, con el gol de Rufete... Con todo eso, el Depor tendría una ventaja relativamente cómoda y no viviría la presión que está viviendo. Pero al Depor le vuela un punto cada equis tiempo, y al Barça, lo contrario.
Decía Lendoiro en Canal + que ahora se explica que algunos defiendan posturas contra el fútbol profesional. Ya saben: el Barça esquirolea en la Liga (y en el G-14) y Lendoiro supone que se lo pagan así. ¿Será verdad? Es difícil saberlo.Como hay tantos árbitros malos, como hay tan poco afán por mejorar eso, resulta difícil distinguir las cebollinadas involuntarias de las actitudes más perversas, más intencionadas. Y así estamos.
