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La Afición, el número 12

Hoy, amigos lectores de nuestra página web, os quería hablar de una frase que resume la esencia de este deporte, me refiero a las palabras que los socios, aficionados, directivos, jugadores, entrenadores, etc. constantemente pronunciamos. ¡HAY QUE GANAR!C

Este maravilloso deporte lo practicamos mucha gente, observamos y vivimos cada partido como si fuese el primero que vemos y siempre tenemos ese gusanillo del nerviosismo en el estómago antes de iniciarse el encuentro.

Es algo tan nuestro, casi diría familiar, que estamos dentro del campo participando activamente durante todo el encuentro. Al final si fuimos capaces de ganar, casi todo se perdona, el mal juego, la apatía de algún momento, todo se olvida si al acabar el partido se gana. Hasta aquí todo está bien todo son parabienes y alabanzas, los periodistas resaltan todas las virtudes y se olvidan de algún que otro defecto, los aficionados están totalmente entregados y animados, participando con su presencia, llenando el campo.

Ahora hablemos de la otra cara de la moneda, si se pierde. Hay del equipo que atraviese por este arenoso camino, aquí es cuando se empieza a ver a los auténticos aficionados, aquellos que analizan el porque de dicha situación, de una manera objetiva y racional, las causas que provocan esta situación, me refiero a ( lesionados, jugadores bajos de forma, expulsiones o sanciones puntuales, poca suerte en acciones ofensivas o defensivas, que muchas veces deciden un partido, errores arbitrales y un largo etc ).

Seguramente esto os suena a excusa, me gustaría aconsejar a todos los seguidores de cualquier club que esté pasando por estos momentos, una solución para salir de esto, para mí lo mejor es el apoyo incondicional al club y por supuesto a los jugadores. Los seguidores no son conscientes de la fuerza y poder de ánimo y motivación que transmiten al equipo.

Mucha gente dirá, que ellos también tiene derecho a mostrar su enfado cuando el equipo no funciona. Evidentemente el aficionado tiene derecho a criticar cuando al no va bien, pero hay momentos puntuales que se puede mostrar el descontento.

Durante el encuentro los silbidos y los gritos pesan como una losa al equipo, lo desconcentra y lo hace anárquico. Yo he sido profesional y os puedo asegurar, que la sensación que se tiene como jugador es física, te parece que estas agotado, te pesan las piernas, es como si jugaras contra un viento huracanado, la mayoría de los jugadores, se esconden y no quieren el balón, esto es a grandes rasgos lo que el aficionado consigue con sus silbidos contra su equipo. Por eso, ya que su equipo es un poco un miembro más de la familia. ¡ Cómo vamos a ensañarnos y a destruir a un familiar!.

Un saludo

Richard Moar Rios