A veces los nombres llevan implícito el espíritu de quienes se llaman así. En el caso de Lendoiro, llamarse Augusto César parece algo más que una pura coincidencia. Sólo comportándose como un César Augusto, como uno de los grandes emperadores romanos, puede entenderse lo que ha hecho este hombre con un club de fútbol modesto de una preciosa y tranquila ciudad gallega de medianas dimensiones.
Como en la famosa escena de “Lo que el viento se llevó” cuando Escarlata dice aquello de “juro que nunca más volveré a pasar hambre”, diríase que Lendoiro, hace 14 años, recogió a un Depor agonizante, carne de Segunda B, y mirando a Madrid y a Barcelona gritó: “Juro que algún día el Depor será como el Real o el Barca”. Porque el Deportivo se ha convertido realmente en uno de los grandes (ahí está su último título, la Copa del Rey ganada nada menos que ante el Madrid en su propio estadio) e incluso de Europa (cuartofinalista en la Champions League). Y no tan sólo a nivel estrictamente de equipo deportivo, de campo, sino también a nivel de club. Y Lendoiro pretendeque esto sea sólo el principio de una larga cadena de éxitos.
¿El Deportivo va bien, muy bien o demasiado bien?
(Risas) El Deportivo sencillamente va, lleva la marcha que esperábamos. Nuestro objetivo era luchar por tres títulos y de momento ya tenemos el de Copa, llegamos a los cuartos de la Champions y la Liga aún es posible.
Parece como si no estuviera del todo satisfecho ...
Sí que lo estoy. Lo que quiero decir es que para mí no es una sorpresa que nos llegue el éxito, creo que merecido, porque sé muy bien el esfuerzo y el trabajo que todos los del Depor estamos poniendo en el empeño. Cuando se hacen las cosas como se tienen que hacer lo normal es que obtengas recompensa. Otra cosa es que las empresas, y mucho más en una tan incontrolable como es el fútbol, donde al final siempre dependes de que el balón entre, no tengan un final feliz.
¿Por qué el Deportivo no está en el G-14 que presuntamente reúne a los grandes clubs de Europa?
Eso habría que preguntárselo a ellos. Considero que en estos momentos el Depor, por resultados en los últimos cinco años, merecería estar entre los ocho mejores de Europa. Nuestros méritos están ahí, ¿por qué no entonces?. Porque como todos los grupos de presión está anquilosado. Con todos mis respetos, no creo que por ejemplo el Olympique de Marsella merezca estar ahí. No se dan cuenta de que el mundo cambia y que no se puede vivir de la historia. Esto es como las grandes familias de otros tiempos que tenían derecho de pernada. Ahora, afortunadamente, ya no es así. Sin embargo me temo que en el fútbol todavía hay que hacer una revolución en este sentido. Se debería vivir más en la realidad y no del pasado.
¿No ha pedido el ingreso?
Si se refiere a si hemos cursado una petición oficial, no, no lo hemos hecho. Hay un status quo marcado y les corresponde a ellos. Personalmente creo que mereceríamos estar dentro de un G-8.
Son ya 14 sus años como máximo responsable del club. ¿Se atreve a hacer balance?
Sin pecar de inmodestia, creo que es sencillamente espectacular. Empezamos con un equipo abocado a la Segunda B y hoy en día estamos entre los mejores de Europa y con muchos grandes títulos a nuestras espaldas. Si no me equivoco, el Depor está entre los cuatro primeros del ranking de clubs de la FIFA. Pero no se trata sólo de los éxitos estrictamente deportivos. Hemos pasado de 5000 a 30000 socios, de un presupuesto de 30 millones a otro de casi 30000, es decir que lo hemos multiplicado por 100. Y hay más.
¿Qué más?
Hemos forjado una infraestructura de futuro para hacer del Depor algo más que un mero club de fútbol. Estamos haciendo el Grupo Deportivo, en el que se reúnen todas las sinergias que tienen que ver con el club de fútbol. Así, estamos creando un complejo entramado en el que se incluyen una clínica, una línea de ropa exclusiva con sus tiendas, una zona de restauración junto al mar, etc. En mi opinión es el futuro hacia el que camina el fútbol. Si un club pretende seguir siendo grande no le va a quedar más remedio que diversificar su apuesta, abrirse a las novedades, ofrecer más posibilidades a sus socios o accionistas. Siempre teniendo como base el club de fútbol, pero no resignándose sólo a él. El mundo ha cambiado y hay que saber adelantarse a lo que viene.
¿Es usted un pionero o un iluminado?
(Risas) Yo lo que soy es un tipo curioso e inquieto. Pero es que siempre me he movido dentro de este ambiente del fútbol. Empecé a los 15 años, ahora tengo 54, es decir llevo 41. La dirección de un club ha sido mi hábitat. Empecé con el Ural, un equipo infantil y luego pasé al Español de A Coruña aficionado. Luego entré en el Depor. ¿Una lección para los demás? Yo no diría eso. Digamos que he marcado un estilo distinto.
Lo cual le ha granjeado alguna antipatía, como decir que lleva de manera digamos muy personal el club, muy populista.
Yo no creo que mi gestión sea populista. Lo que hemos sido es innovadores. Hay que tener en cuenta que A Coruña es una ciudad de apenas 250.000 habitantes, que cuando lo cogí tenía un patrimonio de 35 millones en concepto de plantilla y que ahora el valor del club se aproxima a los 40.000 millones. Yo creo que el éxito ha sido una gestión sobre todo muy profesional. Además, nosotros hemos sido los primeros en pedir cosas lógicas para nuestro fútbol: el calendario único, el pago de un canon por parte de las selecciones cuando cedemos jugadores a las selecciones, un mayor porcentaje en las quinielas o una reducción del IVA.
Por cierto, ¿le preocupa la famosa inspección de la Agencia Tributaria?
Creo que no presperará tal como está montada, porque no tiene nada que ver con la realidad. Los criterios técnicos que se han aplicado no son los correctos. Llegado el caso, los tribunales de justicia nos darían la razón. Creo que se llegará a un acuerdo lógico y normal para todas las partes.
¿Y no le preocupa tampoco la deuda?
Nos preocupaba sobre todo la deuda a corto plazo, 7.000 millones sobre 20.000. Hemos cerrado un acuerdo con una entidad financiera que ha apostado por el Depor y ese problema ya está solucionado. Con todo, si uno quiere tener a los mejores futbolistas, construir una Ciudad Deportiva, invertir en instalaciones y crear un Grupo Deportivo como el que pretendemos, la deuda tiene que crecer, pero siempre que se pueda responder a ella con un patrimonio detrás. Y nosotros lo tenemos.
Otro tema peliagudo, el de los derechos de TV y audiovisuales. ¿Qué le dice su fina pituitaria?
Que es un absurdo que no vayamos a llegar a un acuerdo. En la mayoría de los países europeos ha habido un incremento notable en la cantidad pagada porque los negocios del fútbol se han multiplicado. El lógico pedir, por tanto, que en España también sea así, que se nos de más.
No dudo que el acuerdo para el plazo 2003 – 2007 acabará por contentarnos a todos. Además hay que tener en cuenta que Real Madrid y Barcelona ya han llegado a un acuerdo con incremento. No tendría sentido que a los demás clubes no se nos diera el mismo trato.
Porque..., ¿quién debe pagar el fútbol?
Lo debe pagar el propio fútbol, pero nos tienen que dejar hacerlo. Si el fútbol español ha llegado a donde está es porque todo ha ido a más. Lo que no puede ser, entonces, es que fiscalmente no se nos trate a la altura de las circunstancias. No estoy diciendo que se nos dé un trato de favor. No, pagaremos a Hacienda como cualquier hijo de vecino. Lo que reclamo es que tengamos las mismas facilidades que se le da a otro tipo de empresas.
Creo que no hay una conciencia clara en la Administración de lo que significa el fútbol en España, la importancia que tiene, el dinero que mueve, la cantidad de personas que trabajan en ello. Hay que encontrar un vínculo de unión, olvidarse de los intereses particulares y comprender lo que nos estamos jugando.
¿Cómo lo resumiría en pocas palabras?
El fútbol tiene sus obligaciones, pero también sus derechos. Es lo mismo que ocurre con el tema de la Selección española. Nos obligan a ceder a nuestros jugadores a cambio de nada. Ponemos esl espectáculo graciosamente para que todo el mundo se llene la boca hablando de España. Pero los jugadores son nuestros, los fichamos nosotros y los pagamos nosotros. Si se lesionan es nuestro problema. Esto sólo ocurre con el fútbol. ¿O es que acaso ocurre en una empresa normal?. Si un gerente de un banco se lesiona una pierna, seguro que puede ir al despacho y seguir trabajando, o incluso ser sustituido por otro de sus características. Pero el fútbol es diferente, hablamos de artistas. Si se rompe el máximo goleador, una estrella mundial, no hay otro igual. El riesgo es muy alto y a nosotros no nos lo compensan. ¡No podemos ser de utilidad pública!. No al menos mientras no se llegue a un acuerdo lógico. Estamos de acuerdo en que Hacienda nos venga a inspeccionar, pero entonces que nos den algo a cambio cuando nos piden a nuestros jugadores para la selección. ¡Basta ya!. Nosotros, los clubs, hacemos España, pero parece que no se acuerdan de nosotros.
Ya no estamos en el fútbol de cuando usted empezaba en el Ural ...
No claro, eso es lo que decía antes. EL fútbol romántico fue muy bonito, pero fue hace 20 años. El mundo se mueve, ha cambiado. Está bien que se nos exijan cosas, pero hay que adecuarlo al momento. Merecemos un buen tratamiento. A mi España no me paga, no tengo subvenciones. Vale, pero entonces, ¿por qué no tengo un buen trato fiscal?, ¿por qué no puedo pagar derechos de imagen sin que me graven?, ¿por qué no percibo más dinero de las quinielas, que cada día recaudan más?. El espectáculo cuesta dinero. Hay que buscar una fórmula que nos contente a todos.
