En el Hotel NH Atlántico, por su parte, el equipo es casi-ajeno al ambiente exterior. Casi, porque es difícil que los cientos de metros de tela blanquiazul que ondean en todas las fachadas pasen desapercibidos, al igual que es difícil no reparar en las banderas con que el Ayuntamiento ha adornado los autobuses municipales.
En la ciudad se han agotado los globos de dos colores: blancos y azules. Banderas, lazos, bufandas, gorras, camisetas, pompones, cualquier cosa es buena para animar al equipo y engalanar la ciudad.
Algunos jugadores pasearon por los alrededores del Hotel esta mañana mientras gran parte de ellos recibían visitas en el lugar de concetración. La comida, rica en hidratos y una siesta fueron los protagonistas de estas primeras horas de la tarde. A las seis una merienda y luego charla con el técnico, Javier Irureta. A las siete y media tomarán rumbo al Estadio y a las nueve comenzará el encuentro trascendental.
El personal de seguridad y servicios del Estadio asciende a 500 personas que velarán por los 35.000 deportivistas de Riazor. Al lado, en el Pabellón de Deportes, una pantalla gigante con otras 10.000 personas cuyos gritos de ánimo, a buen seguro, se oirán en Riazor.
Programas de cadenas nacionales se emiten y emitirán a lo largo de la jornada de hoy desde las instalaciones del Playa Club, frente al Estadio. Todo está listo. La afición deportivista sobre todo. En unas horas se sabrá quién es el campeón de Liga 99-00.
